Hoy, buscando más noticias y artículos sobre el corazón encontré uno que me pareció realmente sorprendente en “La Voz de Galicia”. Resulta que tras extirparle el corazón a un hombre adicto a la cocaína el órgano permaneció latiendo en la mesa por unos 25 minutos.
Según explican las fuentes uno de los efectos de la cocaína es que aumenta el ritmo cardíaco a la vez que reduce el flujo sanguíneo, es decir, el corazón late más pero llega menos sangre y, por lo tanto, menos oxígeno. Su corazón se había adaptado de tal manera a estos efectos que una vez fuera del cuerpo fue capaz de seguir latiendo por casi media hora.
Es sorprendente como el cuerpo humano es capaz de adaptarse a los cambios para sobrevivir, algo que lleva haciendo desde el “australopithecus” ya que, a fin de cuentas, lo que somos hoy no es más que el resultado de una serie de cambios debidos a la necesidad de adaptarse al medio que nos rodea, al igual que el corazón de este hombre adicto a la cocaína. Lo que me ha hecho plantearme esta noticia es ¿Cómo será el ser humano dentro de unos cientos de años? Ya que el mundo ha cambiado y sigue cambiando cada vez más debido a la contaminación que generamos; ¿Llegará el día en que nuestro cuerpo desarrolle una manera de protegerse de la polución? ¿O de las ondas electromagnéticas y de todas las radiaciones que nos rodean? A mi parecer hemos iniciado un proceso de selección natural que posiblemente se nos haya escapado de las manos, de forma que hayamos perdido el control y ahora solo podemos esperar y ver si el cuerpo humano está a la altura de la prueba que se le presenta.
¿Seremos capaces de adaptarnos? Esta noticia me hace pensar que sí, ya que cuando creo que el cuerpo humano no puede sorprenderme más siempre encuentra la forma de hacerlo.
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