Una parte muy importante de la patología es el propio diagnóstico, que como bien podemos deducir se hará mediante un estudio genético, pero también hay pruebas más baratas como el electrocardiograma o la ecografía tridimensional en tiempo real, que es mucho más precisa.
En cuanto al tratamiento, actualmente, se utiliza la implantación de desfibriladores (marcapasos) pero también se han desarrollado fármacos antiarrítmicos (amiodarona, beta-bloqueantes...) pero éstos no consiguen proteger contra la muerte súbita recurrente.
Por tanto, si la investigación alcanzase la meta propuesta, padecer estas enfermedades no supondría tener que pasar por el quirófano para colocarse un marcapasos.
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